Lo que nos contaron. Entre las toneladas de anécdotas que se cuentan del forajido guitarrista de los Rolling Stones, seguramente la más comentada es la de su cambio de sangre. Recordemos: Richards fue heroinómano hasta mediados de los setenta. ¿Cómo borraba el rastro de la potente sustancia de su cuerpo? Haciéndose una limpieza de sangre en una clínica de Suiza.
Lo que realmente ocurrió. Lo cuenta el propio Richards: “Alguien me preguntó cómo me había desenganchado, y le dije que había ido a Suiza y me había cambiado completamente la sangre. Era solo una broma. Me abrí la chaqueta y dije: ‘¿Qué te parece mi cambio de sangre?’. No fue nada más que una broma”. Lo que hizo el rockero en esa clínica suiza fue tratarse contra su adicción, pero no mudar la sangre.
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