Cuenta la leyenda que un día estaban los ciudadanos limpiando sus casas el 24 de diciembre, pensando en recibir con nuevas energías la llegada de las fiestas.
En una de las tantas casas de Alemania vivía una familia de arañas. Como toda la gente estaba ordenando sus casas, ellas debían ir de un lado a otro intentando no ser descubiertas. Observaron entonces una familia que ponía un árbol decorado con muchas esferas de colores, allí querían poner su nuevo hogar.
Cuando la familia se fue a dormir las arañas bajaron a ver qué era ese árbol de Navidad tan bonito, pero se pusieron a jugar y se olvidaron de sus telarañas. Papá Noel llegó y vio a las arañas jugando y se divirtió mucho, pero no podía dejarlas allí, la familia se pondría muy triste si encontraba todas esas telarañas en su bonito árbol.
Entonces Papá Noel les preguntó si de verdad querían vivir en ese árbol y ante la respuesta positiva de las arañas, sopló para convertirlos en adornos que se convirtieron en uno de los accesorios típicos de los adornos navideños del árbol.
Hoy en día hay numerosos tipos de adornos navideños, y cada uno de ellos tiene un estilo diferente. Sin embargo la leyenda cuenta que todos los adornos nacieron de esta misma situación en la que Papá Noel eligió que las arañas se convirtieran en esferas y estrellas, mientras que las telarañas se convirtieron en los espumillones que hoy solemos usar para decorar el árbol de Navidad.
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